Así, con la soltura de quien lleva cien vidas vividas, me hizo el amor; mas me besó con la ineptitud del recién nacido que sólo sabe que ha venido al mundo para llorar.

21 mayo 2012

La realidad pierde el sentido cuando las contradicciones parecen correctas, cuando te duele algo que no sabes por qué te mata. Cuando creía que era el fin porque no tenía ganas de querer plasmar el mundo en una hoja, o porque no veía calvas grises en el fondo negro. Hice mil intentos, rechacé cientos de oportunidades que me brindaba con gusto alguna fuerza superior, todo lo dejé ir para estar atada a un sentimiento que jamás me llevó a ningún lado, sólo al infierno de las caricias sin respuesta, al lugar donde sólo van los masoquistas, sentimiento que me ancló para siempre en una vorágine de oscuridad que me arrastraba hacia su abismo inferior dejando atrás la luz de toda esperanza en lo que antes era mi vida. Ahora quizás puede llamarse vida, o quizás no. Lo más cercano que estuve de la felicidad, las ocasiones que tuve de estar más próxima, solamente hicieron coincidir alguna de sus vocales, con mi nombre, quebraderos de aliento.

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