El amor más hermoso es aquello que sin buscar encontramos. Es aquel cálculo matemático que nunca nos sale, aquella recta que no concidirá con ninguna otra. El amor más hermoso es aquel que vive de las casualidades, que hace de cinco minutos una infinidad de sonrisas. Aquel que hace de una mirada una explosión de fuegos artificiales semejantes a sentimientos alucinantes. Aquello a lo que llamamos el amor más hermoso es tan sólo un poema de Bécquer, un verso de Neruda, o una canción de los Beatles. El amor más hermoso es incondicional aunque la línea infinita se tuerza. Estar implicado en el amor más hermoso significa ver por los ojos de aquel por el que suspiras, respirar con los pulmones de aquel por el que sonríes y soñar con los sueños de aquel al que amas. El amor más hermoso sólo puede amarse. Amarse es algo increíble difícil de describir, de hecho no se puede describir. El amor más hermoso es una excepción de cualquier tópico pesimista que nos hayan inculcado.

Esta cosa llamada vida

Equivócate. Ríe. Llora. Cómete el mundo. Ríndete. Deprímete. No pasa nada vuélvelo a intentar. Caete y levántate. Levántate y caete. Emborráchate. Pierde los papeles. Trata la vida con seriedad. Trata la vida con diversión. Muérete y resucita. Baila. Sueña. Canta. Deja resbalar la lluvia por ti. Sé alguien insoportable. Sé increíble. Vive en la playa. Rebózate en la nieve. Colúmpiate hasta las tantas. Colorea y salte. Bebe alcohol porque te dé la gana. Prueba la marihuana. Cásate. Divórciate. Estate seguro de las cosas. No arriesgues si no vas a ganar. Contrólate, pero déjate llevar. Grita todo lo que puedas. Cómprate unas medias para romperlas en un día. Escribe. Haz muchísimas fotografías. Usa tus recuerdos como álbum de fotos. Nostálgiate y llora. Folla y no perdones. Quiérete como nunca ya que nadie te querrá para siempre. Estate quieto en la hiperactividad. Haz locuras. Muérete de la envidia, sana. Corre por las orillas. Haz paracaidismo. Haz que no te importen los demás. Sé egoísta. Sé ambicioso. Sé constante. No seas para nada rutinario. Disfruta todo lo posible. Sé positivo. Ama las relaciones. Ama las fiestas. Haz las más cosas posibles. Piérdete un día y no regreses a casa. Sal de paseo sin rumbo. Las casualidades existen, el destino existe. Tú existes. Mi abuela me dijo un día, 'Disfruta de todo lo bueno y de todo lo malo que venga, que sea lo que sea sólo lo vas a vivir una vez'.

Fuck

Querido destino, no te entiendo.
No entiendo nada y aun así me estoy esforzando en poner de mi parte. Perdóname por ser débil, sé que tú buscas mi fuerza. Sabes que soy fuerte, de hecho estás seguro, y yo te voy a dar la razón. No tengo ni dos décadas por años, y aunque todos sabemos que puedo morir en el intento de salir bien de esto, estoy segura de que podré hacerlo al fin y al cabo, que en la vida hay que equivocarse millones de veces, y aquel se ha equivocado, pero yo no puedo decir nada. Tan sólo aceptar la realidad con resignación, disfrutar al máximo de todo lo que la vida me ha dado. Coño que yo soy de ver el vaso medio lleno, que yo salgo de esto y de mucho más, que yo salgo de todo lo que venga. Me he tenido que convertir en una excelente actriz ante todos en apenas un día, yo sinceramente me daba el Óscar a la mejor actriz extranjera. No va a servir de nada quejarse, ni llorar, ni atormentarse por ello, simplemente tengo que dejarme llevar. Alguien que de verdad aprecie todo lo que se puede dar a una persona se quedará a observar mi dormir. ¿Estoy bien? Para nada. ¿Voy a estarlo? Para nada. Las cosas como son, las verdades como templos, me va a llevar la vida pero lo voy a conseguir. No soy ninguna débil emocional, lo sé, y por ello tengo que ser feliz, siempre he sido feliz. ¿Gente? fuck the people. Poca gente sabe realmente lo que es 'morirse en vida', y para colmo, disimularlo.

El verano es fugaz, el amor eterno

Otro año más, me bajé del coche y olí la mar. Era curioso, pero la casa que había observado durante años ese día tenía un encanto especial que me hacía apreciar mejor todos sus detalles. Entré y ahí estaba, en el techo, la lámpara de cristal que mamá compró porque decía que hacía juego con el crudo de las cortinas. En el mismo lugar permanecían las cartas con las que solía jugar con el abuelo y también el peluche de mi hermana María color azabache. También la lámpara del IKEA que papá había arreglado mil veces. Sí, todo estaba en su sitio, sin embargo, algo ese año había cambiado. Era fascinante lo bien que se dormía en un lugar de playa, desde mi balcón se podían oír las olas juguetear con la arena. El mar estaba tranquilo y la playa abarrotada de gente, algo normal en pleno agosto, pero, ahí destacaba ella, juraría por lo más sagrado que yo había visto antes esos ojos manzana que se me clavaron en el corazón como estacas. Ella andaba, yo seguía sus contoneos con la mirada. La perdí.
-Hijo a cenar.
- Voy mamá
Era de noche y habían pasado horas pero ya no podía pensar en nada que no fuera ella. Salimos pero, ¿para qué si no iba a verla? Y de repente, algo se accionó, mi corazón, mi corazón bombeó pegando galopazos. Era ella, con un fino vestido de flores que dejaba ver sus piernecillas. Algo con que soñar, pero a la mañana siguiente ya la había perdido de nuevo. Salí a pasear con la esperanza de encontrarla... y parecía que el destino jugaba a mi favor. La volví a ver y ya no se me podía escapar.
-Te he estado buscando.
-¿Perdón? ¿A mí?- extrañada.
-Sí. Por favor, déjame demostrarte que te conozco.
Sonrió, y a mí me fascinaba eso. Pasé unos días maravillosos junto a ella, era la primera  vez que iba al pueblo y yo la llevé a conocer toda la zona. Ese era el día, había quedado con ella por la noche con  el propósito de abrazarla para siempre. Llegué dos minutos tarde y ella ya estaba allí, sonriente como de costumbre, con un vestido turquesa que no le conocía  y que dejaba su espalda al aire. Estaba más bella que nunca. Todo pasó muy rápido, se hacía tarde y fuimos a la playa. Delante de las olas observamos la tenue luz de luna. Iluminaba su sonrisa de una manera increíble. Se acercó a mí y en unos segundos recordé de qué conocía a esa chica. Era la chica con la que había estado soñando días antes del viaje. Me besó, la besé,
nos besamos. Sin embargo, una lágrima cristalina cobró vida en sus ojos, se deslizó sobre sus pómulos y murió en mis manos.
-Mañana vuelvo a Madrid - sollozando.


Recuerdo perfectamente cómo iba vestida la mañana que se marchó.
- Qué guapa estás hoy, princesa.
Y volvió a esbozar una sonrisa que me llevaba a la locura. Entre lágrimas me dio un abrazo que sólo los ángeles pueden dar.
- Has hecho que crea de verdad que te conocía de antes. Te quiero.
Llegó el tren y subió. Ella a un lado del cristal, yo a otro, empeñó el cristal y escribió una frase 'volveré a por ti'. Yo le grité con todas mis fuerzas que la quería y que era todo lo que había estado esperando mientras el tren avanzaba por las vías.

Tal vez haya perdido demasiado. Tal vez hasta la dignidad alguna vez. Orgullo demasiado. Lágrimas hasta el fin.
Me gustaría ser el ser más resistente del mundo, y que no me afectase nada. He perdido la cabeza, he perdido todo lo que se puede perder en la vida, menos una cosa. La ilusión permanece casi intacta, desde el primer día cada hora que pasa crece levemente, sin que lo note pero me doy cuenta. Tú y yo. Que paraíso tan prohibido, que mierda tan compleja. No te entiendo, y tú a mi todavía menos. Me haces tanto daño como pensar en la muerte, y me haces tan feliz como la primera vez que se hace algo que te gusta. Te he descubierto, te descubrí y te encontré por casualidad un día, y desde ese día vivir sin ti no puedo ni un puto segundo. Eres una droga sana, y una droga destructiva, que puede darte el éxtasis o que puede darte el desfallecimiento. Soy todo lo que jamás llegué a pensar que sería. Me haces mejor persona a pesar de todo. Discuto contigo y no puedo evitar que me tiemble la voz cuando te grito, ni por miedo ni por rabia, sino por las tremendas ganas de llorar, de cientos de litros de agua deseosos de salir para demostrar que de verdad me duelen las cosas.

Me he dado cuenta que es increíble la diversidad de opiniones y de tonterías que piensa y dice la gente hoy.
Hoy catorce, mañana quince, ayer trece, ¿y? es un día como todos. Aunque según como se mire, puede disgustar o dar igual, encantar no lo creo. Es un día en el que supuestamente tienes que demostrar a esa persona y a todo el mundo cuanto le/la quieres. Tampoco creo que el día sea exclusivamente de beneficio económico, pero, tienes trescientos sesenta y cinco días al año y, ¿tienes que hacerlo sólo uno? A lo mejor a mi me apetece regalarle/la algo ayer, y hoy no hacer nada especial. Vale, es una fecha agradable para los enamorados donde a lo mejor se puede tener un detalle. Pero, ¿por qué han inventado un año en el que imaginan que todo el mundo tiene alguien a quien regalarle su amor? No todos lo tienen, y eso es algo que no nos gusta que nos recuerden, ¿verdad? Aunque yo sea, por el momento, del bando contrario, sé que no es agradable todo aquello. Sinceramente, amen a esa persona como si todos los días fueran el último para besarle/la.

Gotye

Me siento obligada a mencionar una canción y a su correspondiente autor.
En España, como en muchísimos otros países, sólo llega de otros lugares canciones realmente famosas que han pegado un bombazo y son pegadizas. El otro día hablando con mi padre, amante incondicional de la música, que por cierto me enseña infinitas cosas, me comentó que había descubierto una canción de un hombre belga-australiano (origen bastante particular, ¿eh?) muy peculiar. Es una lástima que no se le conozca lo suficiente a alguien tan especial. Lleva desde el año 2003 publicando en el mercado internacional. Actualmente tiene 31 años y vio el mundo por primera vez el 21 de mayo de 1980, en un lugar que siempre me ha llamado la atención, Brujas (Bélgica).
Esta canción de a continuación puede aburrir a mucha gente, pero la letra, el ritmo y el videoclip es algo que me cautivó al instante.

Hoy vuelve a ser el día que tú y yo llevamos compartiendo más unidos que nunca durante veintidós larguísimos meses. Hace apenas un par de días que estaba postrada en tus brazos, y ahora me siento sola. Sola porque soy yo la que cuenta los días, las horas, los suspiros para volver a ver las manchas de tus ojos, para acostarme a tu lado y contar los lunares de tu cuerpo. Se me oprime el pecho sin que me hables, me duele el corazón si no diviso las líneas de tu cuerpo, me resfrío sin tu calor, me siento extraña sin el olor de tu perfume. Todas las semanas sigo la cuenta atrás como si se me fuera la vida en ello, dejando el tiempo pasar, midiendo la brevedad de cada hecho. Sólo veo un tú y yo cuando miro el horizonte al que los locos llaman Futuro.

La vida son momentos

He conseguido emocionarme de verdad con un sólo gesto, poquísimas veces en la vida. Las podría contar con los dedos de las manos si me acordara de todos, pero odio no acordarme de ellos, me odio muchísimo por aquello. Sólo tengo consciencia del último que me hizo enloquecer durante un fin de semana entero. Quizás sean tonterías sin remedio, pero así soy yo, una idiota sin remedio, pero soy agradable al menos. El caso es, que aquel gesto conmovió a lo más profundo de mis dudas, y se quedó allí instalado para que yo pensara en él cada vez que me encontrase sin fuerzas. Sí, os lo podéis imaginar, aquel gesto que me llevó a la locura fue nada más que una sonrisa en mitad de un beso. Y realmente, es lo más hermoso que he visto nunca.

Somos el resultado de todo lo que hemos vivido,

por mucho que las cosas cambien, y por muchas cosas que cambien su sitio... yo no sé si sobreviviría
prescindiendo de tantas sensaciones. Miento, sí lo sé... Sé perfectamente que no viviría sin ellas. Mi día a día está constituído no quizá por las mejores cosas del mundo, pero sí por las mejores cosas del universo.  Hoy no me siento bien, sólo tengo ganas de echarme a dormir y esperar haber si vuelve de nuevo el viernes.  Es tan deprimente y frustrante estar el viernes por la mañana contando horas, y el sábado por la mañana volviendo a contar días otra vez... Pero el caso es, que hay gente que me lo hace todo más fácil, me ayuda a contar días más deprisa. La vida no se resume en momentos malos, sino en los momentos que te han conseguido sacar sonrisas, lágrimas, en los momentos que te han dejado sin aliento, incluso en los que te han dejado con la mente en blanco. La vida está llena de sin sentidos que le dan el sentido a la historia. Precisamente un viernes, alguien me dijo... Se te nota cuando eres realmente feliz. Me sorprendí tanto de aquello que... aún no he conseguido quitarme ese momento de la cabeza. En cambio, de los momentos malos, ni me acuerdo.