Así, con la soltura de quien lleva cien vidas vividas, me hizo el amor; mas me besó con la ineptitud del recién nacido que sólo sabe que ha venido al mundo para llorar.

27 julio 2012

Salga bien o salga mal, aprovechemos el momento y no vivamos pensando en el borroso futuro que maneja nuestro presente a su antojo.

23 julio 2012

Sabiendo que nada tiene arreglo aún puedo sonreír, fingir al menos delante de los que me importan para que no se echen ellos la culpa por nada de lo que me pase. Pensé tantas cosas, que se desmoronan en un minuto, un segundo, hasta que mi vista ha visualizado y digerido aquel par de palabras. Negarse a los hechos es todavía más duro que aceptarlos. Que te oigan sollozar al otro lado de la puerta del baño, duele más que llorar delante de ellos. Que te encuentren por casualidad deambulando por las calles sin rumbo y sin dignidad te pisa la moral. Tocar el piano por encontrarse mal y no por superarse duele. Apretar las teclas y que te pinche el corazón, salir mientras llueve para que no se percate nadie, hacer esfuerzos sobrehumanos para dejar todo como está y no montar escándalos, para que nadie se atreva a preguntarme si estoy bien. Duele ver que las personas que quieres se hacen los oídos sordos porque saben que me molesta que me pregunten por qué lloro. Desde pequeña me acostumbré a no recibir apoyos de nadie, no porque no quiera sino porque lo prefiero así, las cosas están mejor sufríendolas sola, superándolo yo sola, saliendo por mí misma de todo bache que me pone la vida. Aparentar ser fuerte y debilitarse más que una mariposa en su último día de vida en la intimidad. Elegí esto, y yo únicamente yo, aceptaré las consecuencias y cargaré con todas las culpas, con todos los reproches, con todos los 'te lo dije'. Algún día estaré de nuevo orgullosa de mí, siempre lo he estado, porque yo sola he aprendido a hacerlo todo, yo sola sé defenderme, yo sola sé vivir y yo sola me he convertido en una mujer.

20 julio 2012

Si me pienso mil veces las cosas, si me quedo callada, si medito antes de decirte algo, si voy a paso de caracol, es sola y únicamente porque mi objetivo es sorprenderte, por las mañanas, por las noches, al atardecer, con una bonita canción, con un gesto, con una agradable invitación. Si un hombre algún día pudiese darme todo lo que yo he dado y todo lo que me queda por dar, no tendré dudas y sabré que ese es el hombre que en la larga travesía va a estar cogido de mi mano, para siempre. Ese olor que no busca sorprender pero lo hace, porque es el perfume que llevo desde que nos conocimos, desde que por primera vez se sellaron nuestros labios. El cálido abrazo que no busca sorprender pero lo hace, tras lágrimas de completo sufrimiento, tras dudas, tras decisiones. Ese lo siento que no busca perdón, pero es perdonado, por sobreponer los momentos increíbles a los nefastos.

17 julio 2012


Imagina que ganaras un concurso cuyo premio es el siguiente: todas las mañanas, un banco te abriría una cuenta con 86.400€. Pero como todo juego tiene sus reglas, éste tiene dos.
*La primera regla es que todo lo que no te has gastado a lo largo del día, se te retira por la noche, es decir, no se ahorra. No puedes hacer trampas, no puedes traspasar ese dinero a otra cuenta,
sólo puedes gastarlo. Pero a la mañana siguiente, al despertar, el banco te abre otra cuenta con 86.400€ para ese día.

*La segunda regla es que el banco puede interrumpir tu premio sin previo aviso. En cualquier momento puede decirte que se ha acabado, que cancela tu cuenta y que ya no te abre ninguna más. ¿Qué harías?

Arthur no acababa de entenderlo.

- Pero si es muy sencillo, hombre, es un juego. Todas las mañanas, al despertar, te dan 86.400€ con la única condición de que los gastes durante ese día, pues el saldo no utilizado se te retirará cuando te vayas a dormir. Pero ese don del cielo o ese juego puede acabar en cualquier momento, ¿comprendes? Y la pregunta es: ¿qué harías si te encontraras en esa situación? 
Él respondió espontaneamente que se lo gastaría todo en lo que le apeteciera y en hacer multitud de regalos a las personas que quería. Emplearía hasta el útlimo céntimo que le diera ese 'banco mágico' en llevar la felicidad a su vida y a la de los que le rodean. Incluso a la gente que no conozco, porque no creo que pudiera gastar en mí y en mis allegados 86.400€ al día. Pero, ¿adonde quieres llegar a parar?

- Ese banco mágico lo tenemos todos -contestó ella-.  Es el tiempo. El cuerno de la abundancia de los segundos que pasan. Todas las mañanas, al despertar se nos abonan 86.400 segundos de vida en nuestra cuenta para ese día, y cuando nos dormimos por la noche no hay suma y sigue; lo que no se ha vivido en el día se ha perdido, ayer acaba de pasar. Todas las mañanas se repite ese prodigio, se nos abonan 86.400 segundos de vida, pero jugamos con esa regla inevitable: el banco puede cancelarnos la cuenta en cualquier momento sin previo aviso; en cualquier momento, la vida puede acabar. ¿Qué hacemos, pues, con nuestros 86.400 segundos diarios? ¿No son más importantes unos segundos de vida que unos euros?
¿Quieres entender qué es un año de vida? pregúntaselo a un estudiante que acaba de suspender un examen final. ¿Un mes de vida? Díselo a una mujer acaba de traer al mundo a un niño prematuro y espera que salga de la incubadora para estrecharlo entre sus brazos sano y salvo. ¿Una semana? Que te lo cuente un hombre que trabaja en una fábrica o en una mina para mantener a la familia. ¿Un día? Háblales del asunto a dos que están locamente enamorados uno del otro y esperan el momento de volver a estar juntos. ¿Una hora? Pregúntale a una persona claustrofóbica encerrada en un ascensor averiado. ¿Un segundo? Mira la expresión de un hombre que acaba de salvarse de un accidente de coche. ¿Una milésima de segundo? Pregúntale al atleta que acaba de ganar la medalla de plata en los Juegos Olímpicos, en vez de medalla de oro para la que lleva toda su vida entrenándose. La vida es mágica, Arthur, y hablo con conocimiento de causa, porque desde que sufrí el accidente saboreo el premio que es cada instante. Así que, por favor, aprovechemos todos estos segundos que nos quedan juntos.

Marc Levy: 'Ojalá fuera cierto'

11 julio 2012

Olvidas y recapacitas y de repente, aparece de nuevo, con su curiosa forma de caminar y su característica voz que te hace enloquecer. Piensas y descubres que por arte de magia os habéis vuelto a unir, sin saber cómo y por la fuerza del destino volvéis a compartir sonrisas. Un día, ocurre de nuevo, el reloj marca la hora exacta y todo ocurre muy deprisa pero de manera semejante a como pasó en aquel entonces... Las cosas no son iguales ni mucho menos, y aunque ya todo es distinto los sentimientos que hicieron que cada día me revoloteara una sacudida de seres mágicos por el interior de mis entrañas, no han desaparecido, sino que se están alimentando, noto como crecen cada segundo que pasa, noto su deseo de romper mi piel y volar libres, centelleantes por el entorno, dejando tras de sí una estela de sueños e ilusiones capaces de quebrantar el temor, la desconfianza y la pérdida.

09 julio 2012

Cabe esperar mil sensaciones que acabarán con lo que queda de mi alma, que ya no es pura y ni siquiera está limpia, sino que ya no cabe suciedad alguna. Hay restos de maldad, salpicones de rencor, gotas de agua salada y demasiado dolor aislado que pendiente del mundo desea salir y liberarse, limpiarse para ser libre. Nunca pensé que mi querido destino pudiera tratarme al fin y al cabo tan mal, hasta tal punto que dejé de confiar en él. Poco más sacude mi vida, como siempre por motivo de diversas desavenencias la felicidad no está entre ese polvo que se desborda al sacudir.