Así, con la soltura de quien lleva cien vidas vividas, me hizo el amor; mas me besó con la ineptitud del recién nacido que sólo sabe que ha venido al mundo para llorar.
09 julio 2012
Cabe esperar mil sensaciones que acabarán con lo que queda de mi alma, que ya no es pura y ni siquiera está limpia, sino que ya no cabe suciedad alguna. Hay restos de maldad, salpicones de rencor, gotas de agua salada y demasiado dolor aislado que pendiente del mundo desea salir y liberarse, limpiarse para ser libre. Nunca pensé que mi querido destino pudiera tratarme al fin y al cabo tan mal, hasta tal punto que dejé de confiar en él. Poco más sacude mi vida, como siempre por motivo de diversas desavenencias la felicidad no está entre ese polvo que se desborda al sacudir.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario