Así, con la soltura de quien lleva cien vidas vividas, me hizo el amor; mas me besó con la ineptitud del recién nacido que sólo sabe que ha venido al mundo para llorar.

14 octubre 2013

Sí.
Lo sé.
Sí era él.
Tenía los ojos oscuros,
unos labios carmesí para persuadir,
gruesos, tan gruesos como dos míos.
En su tez los despojos de vida,
tan dura como olvidada, de abismos tan eternos.
La bruma de sus cabellos se me antoja lúgubre,
mas la arena de su tacto eclipsa al mismo mar.
De atractiva belleza con aires insondables, como si grisácea
fuera, entre una cosa y otra, cruda verdad.
Ocre es la luna esta noche abstrusa,
el champán brinda por ti
y qué no daría yo.
Irte, perderte y morir.
Sí era él.
Lo sé.
Sí.

09 octubre 2013

De quererte, pasé mis años engañada en una calle sin salida,
donde dar marcha atrás era arriesgado y trepar era imposible.
No estaba previsto.
En la nevera había un post-it: 'empieza de cero'.
Y lo hice.
Podría haberme decepcionado toda la vida si era esto
lo que me iba a esperar.
Había enmudecido demasiado pronto,
quizá por las noches sin futuro,
quizá porque era otoño
y como las hojas, caíamos sin retorno.
El gélido viento nos cambió,
era el correveidile que nos contó al mundo.
Sin embargo, lo que dejó huella,
fue el fino rumor de tu voz.
Y así siempre te tenía.
Aunque dicen que nunca estás solo
si estás contigo mismo.