Así, con la soltura de quien lleva cien vidas vividas, me hizo el amor; mas me besó con la ineptitud del recién nacido que sólo sabe que ha venido al mundo para llorar.

04 agosto 2015

Quisiera que vieras cuántas veces he besado el bordillo,
cuántas se me ha antojado el veneno,
cuántas me he dejado la vida,
cuántas he hecho cosas a medias.

Me gustaría que no murieses
en cada antojo mío;
que no lloraras con mi desvarío,
tan absurdo como genuino.

Vuelve, mas escucha:
ten cuidado,
pues los cuchillos más afilados
aguardan en la bruma de mi pelo.

He buscado y no he hallado,
he bebido y me he drogado,
he querido y he detestado,
he caído y me han levantado.

Quisiera que supieras
cómo nunca pudo ningún cuerpo
estremecer los jirones de mi alma,
porque sólo a ti te sé de memoria.

Me gustaría que vieras cómo lo intentan,
una,
dos,
y hasta tres veces,
sin éxito más allá de tenerme una luna.

Todos querían verme desnuda, y ninguno me observaba vistiéndome.
Entonces entendí, que todos los hombres de la faz de la Tierra,
tenían un gran e ineludible defecto:
no eran tú.