Así, con la soltura de quien lleva cien vidas vividas, me hizo el amor; mas me besó con la ineptitud del recién nacido que sólo sabe que ha venido al mundo para llorar.

07 mayo 2013

Mi acción buena del día será ser incorrecta, y recordarle.
Era como un juego de ajedrez, pero esta vez el rey se tenía que comer a la reina. A las seis de la mañana era cuando me decía 'reina estarás más guapa encima mía', y los caballos dejaban de hacer eles.
Él era como era, pero a veces pienso que a mi también me daría miedo querer a una chica como yo, que me tomo el café frío y sin azúcar, y el whisky caliente que no hay quien se lo beba.
Cada noche derramaba sobre mí centenar de remordimientos, y me cosía a orgasmos, preciosos por cierto. Una noche pasó de usarme como musa a vomitarme mierda. Él y sus manías. La noche de los cristales rotos la hago llamar, aunque los cristales fue lo único que no se rompió.
Los vecinos pensaban 'como follan, vaya movida' y nosotros sólo pensábamos 'estamos jodidos'.

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