Tal vez mucha gente piense lo mismo que yo, lo mismo que yo voy a postrar en estas líneas.
El mundo, se acaba señores. No me refiero a que vayamos todos a desfallecer, ni a que una gran catástrofe nos atropelle, ni siquiera a nada parecido. Me refiero a que ya no existe ningún valor al que seamos fieles, las personas miran cada una por su propio bien, ya no existe apenas compasión, ni ayuda, y todavía menos empatía, ya que nos podemos molestar con alguien sin ni siquiera conocerle, o sin saber todo lo que está pasando y todo lo que necesita esa persona. Sin embargo, se deja de lado todo eso y aflora el orgullo, la hipocresía y la crueldad. Pienso que muchísima gente de este planeta sufre debido a gente con mentalidad manipuladora, con capacidad de cambiar a cualquier ser humano a su antojo, de despotricar la bondad y suplantarla por alguien creído y egoísta. También, juro que no hay algo que odie más en este mundo, que la gente infantil y caprichosa, incapaz de tomar decisiones acertadas, de no tomarse nada en serio, de no ponerse en el lugar de los demás y sólo piense en divertirse, lo que conlleva a la gente de su alrededor a rebajarse a su nivel, al nivel de obligar a hacer lo que esa persona quiera, y encima que todos los demás la aguanten y la sigan, que es lo que más desconcertante me parece: que gente lista y con dos dedos de frente que un día tuvo bondad y seriedad, de repente se deje manipular por las órdenes de una persona caprichosa, envidiosa, egoísta, y creída a nivel superlativo.
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