Yo:
metáfora sin elemento real,
complemento de régimen que siempre te exige a ti,
el adjetivo sucio de la oración.
Tú:
el núcleo,
antecedente de toda palabrería,
antónimo de anómalo.
Mi delirio:
subrayar lo obvio de ti,
sombrear el título de tus ojos,
analizar sintácticamente la partitura de tu voz,
tu sintaxis inteligible;
sinopsis de por qué se te eriza la piel.
A tu parecer:
sujeto elíptico, estando sin estar.
Vida de disyuntivas,
sustantivo sin sentido,
sinónimo de la sinestesia: amarillo chillón,
las copulativas sólo en las frases.
Efecto:
Podían volar cabezas y llenarse todo de verbos sin usar,
pero es hora de irse.
Aun así, perfecta la simbiosis.
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