La noche no es oscuridad, qué va.
Altivez, que me encantas.
La verdad estalla en mis deseos. Oye, ven, qué dices.
Escribiendo sin adjetivos,
así fue cómo empezó todo, ya ves.
Que amanecimos a la mañana siguiente como San Francisco tras el terremoto.
Devastador.
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